Clara Grima (Coria del Río, 1971). Divulgadora matemática.
En el universo de Clara Grima, las matemáticas son la esencia misma de la felicidad. Su pasión por ellas la convierten en una emisaria privilegiada de una disciplina repleta de algoritmos y enigmas. Reconocida por su incansable labor divulgativa, desentraña los misterios de los números con una pasión contagiosa, convencida de que los matemáticos y matemáticas están para salvar el mundo. Su enfoque innovador se refleja en sus clases, sus libros, su blog, sus charlas y en un programa de televisión “Una matemática viene a verte”. Cualquier medio es bueno para invitar a explorar el mundo a través de una mirada matemática. Su descubrimiento del escutoide, la última figura geométrica de la historia, la llevó a ser una de los 22 protagonistas del cambio en la lista Forbes de 2022. Ha recibido numerosos premios y reconocimientos. En Sevilla, donde es profesora de Matemática Aplicada en la universidad, su impacto y su legado ya han sido reconocidos poniéndole su nombre a una plaza del Distrito Norte.
«Cualquier persona que mire el mundo con una mirada matemática es menos manipulable y más libre en sus decisiones».
¿Cómo se mira el mundo a través de unas gafas matemáticas?
De muchas maneras. Una de ellas, posiblemente la más agradable, es entendiendo la belleza de la armonía, de la simetría, cuando aparecen en la naturaleza, o de los patrones matemáticos. Esa es una forma de mirar el mundo disfrutando de las matemáticas y de cómo la naturaleza sabe matemáticas. Eso fue lo que nos pasó cuando descubrimos el escutoide, descubrimos cuánta belleza y cuántas matemáticas había en nuestras células epiteliales.
Pero hay más formas de mirar el mundo con una mirada matemática. En estos tiempos de desinformación y noticias falsas, una mirada matemática te permite poder tener una mirada crítica sobre lo que te llega, sobre las noticias, e intentar contrastar su veracidad; porque la esencia de las matemáticas es proponer teoremas, propiedades y luego demostrarlas. Cualquier persona que mire el mundo con una mirada matemática es menos manipulable y una persona más libre en sus decisiones.
¿Siempre quisiste ser matemática?
No. Cuando era pequeña no quería ser matemática, ¡cómo voy a querer ser matemática si no conocía a nadie que lo fuera, ni sabía que era una profesión! Me crié en un entorno bastante humilde, nunca me faltó de nada, pero éramos una familia humilde. Mi madre limpiaba casas y mi padre era mecánico. Éramos seis hermanos en un barrio de clase media bajita. Yo creo que la primera generación universitaria de mi barrio fue la mía.
Entonces, de pequeña quería hacer muchas cosas, quería tener una mercería, quería ser cantante para ser famosa y tener dinero y vivir en un barrio menos chungo; quería ser poeta, escritora -mi madre aún guarda los cuentos que escribía-. Esas eran mis pasiones de pequeña. Ya en el instituto, que había mujeres y profesoras, me empezaron a fascinar las matemáticas. Sin embargo, en Bachillerato yo quería ser filósofa, porque tuve un profesor, Antonio Hurtado, que era el mejor del mundo mundial. Él mismo fue el que me dijo cuando terminé el Bachillerato “pero chiquilla, si te encantan las matemáticas, estudia matemáticas, trabaja y luego estudia filosofía”. Y le hice caso. Me metí en la facultad de matemáticas y gracias a él descubrí que las matemáticas eran muchíiissimo más apasionantes y muchísimo más difíciles de lo que parecía en el Instituto. Creo que es el mejor consejo que me han dado en mi vida, sin duda, porque las matemáticas han moldeado mi vida y me han hecho muy, muy feliz.
¿Por qué despiertan tanta reticencia las matemáticas?
En parte, porque decimos mucho que las matemáticas dan miedo, pero hay varios factores. EL primero es social, en el sentido de que es como una leyenda urbana, un mito o algo aceptado en el inconsciente colectivo que las matemáticas son una asignatura difícil. Cuando doy charlas a escolares, me encuentro niños de primero o segundo de primaria que me dicen “yo es que soy muy malo con las mates” y yo le digo “mi alma, tú qué sabes, si tú no has estudiado mates”. Y es algo que han escuchado a sus hermanos, en la casa, en la calle y les va convenciendo de ese miedo a las matemáticas.
«Es importante parar el círculo vicioso que inspira reticencias frente a las matemáticas porque, nos guste o no, las profesiones asociadas al conocimiento matemático cada vez van a tener más importancia».
En muchos casos ese ‘miedo’ va unido a que hay muchos maestros y maestras de primaria a los que tampoco les gustan las matemáticas. Son niños grandes que odiaron las matemáticas de pequeños y que ahora tienen que enseñarlas y las enseñan como se las enseñaron a ellos, mal. Esto está perjudicando a los niños y es importante parar esa rueda, ese círculo vicioso, porque nos guste o no, las profesiones asociadas al conocimiento matemático cada vez van a tener más importancia, van a estar más reconocidas y mejor remuneradas. Así estamos perjudicando al país y condenando a la exclusión laboral a muchos niños y niñas, porque necesitamos matemáticos y matemáticas para todos los retos que nos quedan, que tienen que ver con la revolución digital.
Tienes un blog ‘Mati y sus Mateaventuras’ con la ilustradora Raquel Gu, has escrito varios libros y has tenido un programa en televisión, ¿por qué es importante la divulgación y cuáles son los principales desafíos al tratar de divulgar conceptos matemáticos de manera comprensible para el público en general?
La divulgación es importante para que la gente -los niños, sus familias- entiendan la importancia de las matemáticas y disfruten con ellas, y que se hable bien de las matemáticas. También para que muchos maestros y profesores, que ya han hecho la carrera hace tiempo y que están fuera del sistema educativo, puedan tener recursos para complementar sus clases. Evidentemente con la divulgación no se enseña matemáticas, pero puede darles cierta inspiración para que tengan recursos e ideas para enseñar.
«Estoy muy a favor de la educación pública. De hecho, para mí debería ser la única que existiera».
¿Qué es lo que más disfrutas de la divulgación?
Las charlas en los colegios y en los institutos, es lo que más disfruto, sin duda. Como van cambiando de actitud -del qué rollo esta señora que viene a hablar de matemáticas-, a caer rendidos ante ellas. Eso es lo que más me gusta. Y hacerlo en institutos y coles, sobre todo públicos, porque yo estoy muy a favor de la educación pública. De hecho, para mí debería ser la única que existiera.
En la era digital en la que vivimos, los algoritmos desempeñan un papel crucial en diversos aspectos de nuestras vidas. Cuando hablamos de algoritmos, ¿crees que todo el mundo sabe de lo que estamos hablando y el impacto que tiene en nuestras vidas? (lo mismo con las IA, el Big Data…)
No, en general, la gente usa la palabra algoritmo, pero no sabe de lo que está hablando. Un algoritmo es una receta que le enseñamos al ordenador, donde le decimos lo que tiene que hacer.
Mucha gente no sé lo que piensa que es el algoritmo. De hecho, en alguna entrevista cuando me han dicho “cuando lleguen los algoritmos” … Los algoritmos no van a llegar, no son unos horcos, ni unos dementores que van a llegar a invadirnos. Los algoritmos los hacemos nosotros, las personas y algoritmos ha habido siempre, cuando te enseñaron a dividir o a sumar te estaban enseñando un algoritmo, el algoritmo de la suma.
Hoy en día hay muchos algoritmos, para recomendarte música, películas, venderte productos… y estos son los algoritmos que más se critican. Pero hay muchos algoritmos que están salvando vidas, son algoritmos que sirven para analizar datos de mamografías, de electrocardiogramas… También hay algoritmos que están controlando el mundo, manipulando cerebros, porque se manipula la información.
Y lo mismo sucede con la Inteligencia Artificial y el Big Data. Depende de cómo se use.
Las matemáticas, con todas estas herramientas, posiblemente son la herramienta más poderosa que tenemos para salvar al mundo de todos sus problemas. Bueno, menos de los psicópatas.
«Las matemáticas son posiblemente la herramienta más poderosa que tenemos para salvar al mundo de todos sus problemas».
Hablemos de tu experiencia en televisión con el programa ‘Una matemática viene a verte’, un programa en el que acercabas situaciones de la vida cotidiana a las matemáticas. ¿Cómo surgió la idea del programa y cuál fue tu experiencia divulgando matemáticas en televisión?
La idea del programa surge de Enrique Fernández Borja, que es también director científico del programa ‘Órbita Laika’, de La 2, de TVE. De su experiencia en Órbita Laika’ quería hacer un programa que fuera solo de matemáticas y dinámico, que la gente de la calle se divierta viendo matemáticas para que ese sea el mensaje que le transmitan a los niños.
Para mí fue toda una experiencia. Al principio estaba muerta de miedo, me decía “con la edad que tengo, qué necesidad tengo de hacer algo para lo que soy una absoluta novata”, porque la televisión es un mundo y llevaba todo el peso el programa.
Pero, pasado el miedo inicial, lo disfruté mucho. Fue una experiencia muy gratificante y positiva. El que hubiera un programa de matemáticas en la televisión pública ya me parecía un sueño. Si encima lo presentaba yo, imagínate… No diré que era un sueño, porque nunca me atreví a soñar algo similar.
Durante el programa interactuaste con personas conocidas de distintos ámbitos, ¿puedes compartir alguna anécdota reveladora sobre cómo la gente descubría la relevancia de las matemáticas en su vida cotidiana?
A Dani Mateo le sorprendió mucho comprobar que se podía estudiar la curva que siguen los tuits cuando se viralizan y presenciarlo en directo. Salió del programa diciendo que le gustaban las matemáticas y que iba a estudiar la carrera, jaja. A Franganillo le contamos la importancia de demostrar la credibilidad, tanto matemáticamente como periodísticamente. Y con Fran Perea, al que le han caído tortas por decir que uno más uno son siete, le dije que lo que pasaba era que los que se metían con él no sabían aritmética modular, porque sí 1+1 pueden ser 7, o lo que tú quieras que sea, depende de lo que estés contando.
¿Cuál es tu perspectiva sobre el papel de las mujeres en la ciencia en la actualidad?
En las carreras de ciencias bio como biología, medicina, química, la presencia femenina está por encima de la masculina. En la parte tecnológica está decreciendo el número. El papel de la mujer en la ciencia es el mismo que el del hombre: salvar al planeta del cambio climático, de enfermedades, del hambre, de todo, de bacterias resistentes. Somos el 50 % de la población y se tiene que contar con nosotras. Su papel ahora mismo es tan relevante como el del hombre y es fundamental por las sensibilidades. Hasta 2012 nadie se dio cuenta de que en el infarto de miocardio en las mujeres los síntomas eran diferentes a los de los hombres.
En tu caso, ¿te encontraste con prejuicios o estigma al elegir matemáticas como carrera? ¿cómo has enfrentado los estereotipos de género en tu carrera?
No, en el instituto era muy buena en matemáticas y en la facultad me bajaron los humos, pero la carrera la estudié en un contexto en el que éramos mitad mujeres y mitad hombres. No recuerdo estereotipos de género. Siempre te encuentras con alguien necio, pero esos los hay en todos los ámbitos. Una vez un profesor me mandó a casa a cocinar con mi madre y le respondí “no, mi madre no está cocinando en casa, mi madre está limpiando escaleras para poderme pagar la carrera de matemáticas y que yo no tenga que limpiar escaleras”, y no pasa nada por limpiar escaleras, me parece uno de los trabajos más nobles del mundo, gracias a él estoy aquí.
Y como personal docente e investigador también me he encontrado con algún necio que hace comentarios, pero muy pocos. Sí me he encontrado muchas veces paternalismo, en algún congreso, como eres una chica, te tratan mejor de la cuenta, y eso es machismo.
Lo que sí es verdad es que, en la carrera científica, la mujer está penalizada si quiere ser madre o cuidar. Por muy modernas que nos creamos, la mayor parte del cuidado de mayores y de gente enferma, recae en la mujer. La carrera científica para un hombre y una mujer es la misma, pero en la vida real no lo es. Solo hay que mirar los datos y ahí sí que está el gran problema.
¿Hubo alguna mujer en particular que te inspiró en tu carrera matemática? ¿tuviste referentes?
Para mí, mi gran referente es mi madre. También mi padre, pero quería decirte un referente femenino. Es una crack, es una persona que se ha sobrepuesto a todo, que ha luchado convencida de todo. Yo le digo que es como Andalucía. Es alegre, siempre sonriendo, siempre “venga, pásatelo bien, disfruta de la vida”, pero ha sufrido mucho a lo largo de la vida.
Y como matemática, la verdad es que no tengo referentes de la época de estudiante. A mí no me dio clase ninguna mujer en la Facultad de Matemáticas. Luego ya, cuando he sido matemática, pues sí, me inspiraba Emmy Noether, o mi matemática favorita, la francesa Sophie Germain; pero vivas y reales, he tenido pocos referentes femeninos.
Participas en una iniciativa del CSIC que se llama ‘Atrévete a ser científica’. ¿Qué consejo le darías a mujeres jóvenes que están considerando una carrera en matemáticas o en campos relacionados?
Que tiren pa’ lante, porque las matemáticas van a salvar el mundo. Y que hay muchos campos de investigación, que desarrollen algoritmos de detección o tratamientos para el cáncer para salvar un montón de vidas.
Queda mucho por hacer y tenemos que estar las mujeres, porque las mujeres al final somos más apañás para resolver los grandes problemas.
«Para impulsar la visibilidad de las mujeres en la ciencia, hay que decir sus nombres, no «una científica ha descubierto».
¿Cómo se puede fomentar la participación de las mujeres en áreas STEM? ¿Cómo impulsarías la visibilidad de la mujer en la ciencia?
Con referentes y, como te decía, mostrando que las áreas STEM tienen como propósito salvar el mundo.
Y para impulsar la visibilidad de la mujer en la ciencia, hacer lo que estáis haciendo vosotras, haciendo entrevistas y, cuando se den noticias, visibilizar a las mujeres, decir su nombre, no “una científica ha descubierto”.
En la ciencia hay tantos hombres como mujeres, todos sirven y los necesitamos a todos.
¿Y cómo percibes la entrada de profesionales (ingenieros/as, arquitectos/as, etc.) a enseñar en Secundaria?
Los ingenieros o arquitectos, si tienen el máster de educación tienen la misma formación para enseñar que un matemático o un físico que ha salido de la facultad de matemáticas o de la facultad de física y ha entrado a dar clase en secundaria.
Lo que sí me preocupa mucho, muchísimo, y no soy la única, es que cada vez haya menos graduados en Matemáticas que quieran dar clase en secundaria. De alguna manera hay que fomentar que vuelvan a las aulas de Secundaria, y de la Universidad. Como ganan tanto dinero en otros terrenos nos quedamos sin ellos en las aulas.
Mirando hacia el futuro, ¿cómo visualizas la evolución de la divulgación matemática y su impacto en la sociedad?
Creo que cada vez hay más divulgación y desde que empecé hace 13 años a ahora veo que mucha gente conoce a divulgadores de matemáticas. Cuando todos nos enteremos de lo importante que son las matemáticas, va a ser una revolución en algún sentido…
Ahora me pillas en Marruecos, estoy haciendo una visita con la embajada de Marruecos y el Ministerio de Educación a varios centros. Aquí las familias y los niños tienen clarísima la importancia de las matemáticas. Estoy alucinando… Si tu familia sabe que necesitas matemáticas para llegar muy lejos, tú te lo crees y al final te interesan las matemáticas. Creo que, cuando nos demos cuenta de eso, evidentemente, la educación de las matemáticas va a ser algo como la literatura, todo el mundo la va a comprar y va a necesitar.
Aparte de las clases en la universidad, actualmente, ¿estás trabajando en algún proyecto que consideres especialmente relevante o desafiante?
Pues sí, pero no lo puedo decir, así que tendréis que esperar o hacerme otra entrevista más adelante.
Dicen que ‘en casa del herrero, cuchillo de palo’, ¿cómo se les dan las matemáticas a tus hijos? ¿Has podido transmitirles tu pasión por ellas?
A mis hijos les encantan. Se han presentado a Olimpiadas de matemáticas. Son bastante buenos. Su padre también es matemático y desde muy pequeñitos han estado muy motivados. En casa las matemáticas son la felicidad. Hablamos de matemáticas y hablamos de felicidad. De hecho, cuando eran adolescentes, muchas veces cuando no te hablaban de nada, venían porque habían encontrado un problema chulo de las olimpiadas y lo compartían contigo. En nuestra casa, las matemáticas son algo que disfrutamos todos. Es nuestro hobby y nuestra dedicación favorita.
© Fotos cedidas por Clara Grima.
Portadas de los libros sacadas de Internet.