
Cuando tenía ocho años, su familia se mudó de Marruecos a Barcelona y aún sigue en la Ciudad Condal. A sus 26 años ha vivido más que la mayoría de las jóvenes de su edad; la muerte prematura de su padre, un matrimonio concertado con un hombre al que no amaba, el nacimiento de su hija y el divorcio. No le fue fácil escaparse de su destino, pero la decisión de probar en el mundo de la música le dio la fuerza necesaria para rebelarse. Hoy es una conocida cantante de rap, escritora y poeta, que en los últimos meses ha sido duramente criticada, y hasta amenazada, por dos decisiones personales: apoyar al colectivo LGTIB+ y quitarse el velo.

En tu libro ‘Porque me da la gana’ cuentas que te iniciaste en la música en el patio del colegio viendo a un grupo de chicos rapear en el patio del colegio. Y empezaste a componer cuando uno de ellos te animó a que probaras.
Tenía 13 años. Empiezo a interesarme por la música a raíz de una necesidad de poder expresarme y reivindicar mi existencia. Y encontré esa posibilidad. Admiraba la valentía de algunos artistas y veía que a mí me faltaba la capacidad de hablar por mí misma y pensaba “yo quiero aprender a hablarle a la gente así, aprender a decir ‘no’”.
¿Quiénes eran tus referentes musicales?
Sobre todo, el rapero Lil Waynek. A pesar de que ya había mujeres en el rap y el hip hop no me sentía identificada con ninguna, veía que se sexualizaban muchísimo para hacer música. Wayne tenía todo el cuerpo tatuado y una historia de vida de superación de una familia complicada, con la que me sentía identificada. A lo mejor no nos parecemos en la apariencia, pero tenía conexiones con su historia.
¿Y por qué tenías ese empeño en aprender a decir ‘no’?
Siempre fui una niña obediente y correcta para cumplir el rol asignado. Siempre decía que sí por buscar la aprobación familiar. Decía que sí a cosas que no me gustaba, ansiaba con todas mis fuerzas el decir que no. Me sentía muy mal cuando no quería hacer algo y lo hacía.
¿Y cuánto tiempo te llevó aprender a decir ‘no’?
Toda la vida. Hasta el día de hoy me sigue costando, sigue habiendo momentos muy delicados y me cuesta no ceder, es un aprendizaje diario. Hay situaciones en las que me siento llevada por las fuerzas y tengo que repetirme una y otra vez que no, porque si no es como el mar, que te acaba arrastrando.

¿En qué entornos te resulta más difícil decir ‘no’?
En el trabajo soy mi propia jefa y hago lo que me gusta, no me cuesta decir no. En lo personal, yo creo que el punto débil que todos tenemos es la familia. Hay momentos de lucha con mis propios valores, ellos esperan ayuda de mí y a veces te sientes entre la espada y la pared porque solo me tienen a mí ,y si rechazo me siento mal, pero sé que es necesario para ellos, forma parte de una educación.
«Tener una serie de experiencias y conocimientos te hace empatizar más con otras historias de vida».
Música, poeta, escritora y estudiante de psicología. ¿Cómo te defines profesionalmente?
Doy conciertos y conferencias, que me permiten conectar con un público en masa y es guay. También me gusta mucho escribir libros y quiero seguir por este camino. Y me estoy iniciando en el coaching. Creo que tener una serie de experiencias y conocimientos te hace empatizar más con otras historias de vida, te ayuda a acercarte más a otras personas con experiencias duras.

Inmigrante, mujer, musulmana y, para colmo, artista en un entorno, el del rap, hasta ahora y todavía bastante masculinizado. ¿Qué dirías que es más duro?
El combo de todo es lo más difícil. Soy mujer migrante en otro país, pertenezco a una cultura árabe. Sufro todo tipo de discriminaciones, incluso por ser joven, porque también me miran con recelo, como mira “la niñata” esa… Todo eso es una bomba y si no explota por una cosa es por otra. Pero creo que la mayor discriminación es por el hecho de ser mujer música, y pertenecer a una religión. A los hombres musulmanes no les critican tanto por hacer música.
¿Y cómo vives la religión?
Eso es algo que me gustaría reservar para mí misma, siempre que he hablado se me ha atacado muchísimo, he aprendido a que la espiritualidad y la forma de creer es mejor guardarla para m´. Si hablas de estos temas en redes sociales te expones a que todo el mundo te destruya.
Dices que la vida es ir más allá del miedo. ¿Hasta dónde?
Hasta donde te sientas a gusto y encuentres la paz mental. Es difícil construirse una burbuja de paz mental, pero más aún mantenerla. Yo creo que lo he conseguido, he construido mi zona de confort donde me siento mejor que nunca. Soy cada vez más selectiva con las personas que me rodean, porque existe el riesgo de la depresión, de la enfermedad mental de la depresión… eso me garantiza un bienestar.
«No me gusta usar la carta del victimismo, si algo me ha pasado es porque la vida tenía que enseñarme algo».
Aceptaste un matrimonio concertado con un hombre al que no amabas para huir de otro plan de casarte con otro hombre al que tampoco amabas. Y en pocos años te casaste, fuiste madre y te divorciaste. Ahora eres independiente, autónoma y vives sola con tu hija. ¿Habías imaginado alguna vez que podrías llegar a este punto de libertad?
La cuestión es que en aquel momento yo no veía ninguna posibilidad no tenía fe en que yo pudiera tomar ciertas decisiones, era imposible que yo me pudiese salir de ahí, no me sentía capaz. Ahora que hablo de libertad, me siento muy orgullosa, no me lamento. No me gusta usar la carta del victimismo, si algo me ha pasado es porque la vida tenía que enseñarme algo.
«Divorciarme fue la decisión más difícil de todas, pensaba mucho en el bienestar de mi hija».
¿Qué decisión te costó más tomar? ¿la de lanzarte al mundo de la música, la de divorciarte o la de quitarte el velo?
Divorciarme, porque me separaba con una niña, pensaba muchísimo en ella, buscaba informes psicológicos para ver si los hijos de padres divorciados estaban bien. Estaba dispuesta a priorizar la salud mental de mi hija a la mía. Incluso llegué a calcular los años de vida que me quedaban para aguantar esa vida, y ahí fue cuando tomé la decisión.
¿Quererte a ti misma es lo más valiente que has hecho en tu vida?
Sí, sí. Pero es muy difícil, porque hoy en día, cuando te priorizas a ti mismo, te llaman egoísta.
«No soy más libre por haberme quitado el velo. Yo siempre he sido libre, la gente relaciona la libertad con la cantidad de ropa que llevas».
Tras quitarte el velo, has recibido muchos insultos y amenazas.
Las amenazas de muerte las recibí por defender al colectivo LGTBI+. Lo del velo vino después, la gente había puesto tantas expectativas en mí porque llevaba velo, que decidí quitármelo. Y eso me liberó de lo que se esperaba de mí. Ya no encajaba en ese tipo de comunidad. Y eso aumentó el odio que sentían tras mi apoyo al colectivo homosexual. Pero también, al quitarme el velo, mucha gente no musulmana me ha felicitado como mujer libre, y tampoco quiero que lo vean así. Yo siempre he sido libre, la gente relaciona la libertad con la cantidad de ropa que llevas.
Tu madre es una figura importante y muy presente en tu vida. Además de una mujer muy tradicional. ¿Cómo se toma ella cada uno de los pasos que das?
Ella se crió en un contexto muy conservador y machista. El cambio también ha sido importante para ella. Me encanta hablar con mi madre y, como le hago partícipe de mis proyectos y de lo que me gusta, siente que forma parte de ello y está encantada.

Fuiste la primera mujer que ganó el premio TikTok en la categoría creación en Diversidad e inclusión. ¿Qué supone recibir reconocimientos como este?
Para mí, un reconocimiento muy bonito al respeto, algo que debería ser global. Es triste que existan estos premios por respetar la diversidad y respetar a las personas, pero estoy muy agradecida a la gente de TikTok.
Tienes una hija pequeña. ¿Qué esperas que sea diferente para ella y para las niñas de su generación en el futuro?
Creo que lo más importante es darle una educación en valores, que aprecie la diversidad y se desarrolle con todo tipo de personas y que se sienta acompañada en los momentos más difíciles.
«Ser uno mismo es de valientes y no todo el mundo está dispuesto a pagar el precio de ser libre».
Hay que ser muy valiente para vivir en libertad.
La libertad es la paz mental, que ya es demasiado. Es gracioso ver cómo la gente no tiene idea de cómo gestionar sus vidas, pero para las vidas ajenas tienen la verdad absoluta. A mí me ha costado muchísimo enfrentarme a todas las personas a mi alrededor, he perdido amigos porque piensan que estoy descarriada. La libertad es lo que cada uno quiere que sea, la satisfacción que uno siente cuando no tiene que justificar sus actos ante nadie, porque ya eres responsable. Ser uno mismo es de valientes y no todo el mundo está dispuesto a pagar el precio de ser libre, que te dejen de hablar, que te digan que eres mala persona…
Aparte de Lil Wayne, ¿qué otros modelos has tenido en tu vida?
He crecido con una falta de referentes abrumante. Y fruto de la desesperación acabas viéndote en gente que no tiene nada que ver contigo. Yo no sabía siquiera qué era un referente ni si lo necesitaba, pero todos eran hombres. Luego, en el trabajo he tenido la suerte de encontrarme con personas como Nuria Chiva, coach, que fue quien me hizo adoptar esta actitud valiente y animarme a ser yo, a partir de pequeños retos que ella me imponía; Laura Herrando, una compañera de trabajo, una mujer amable, porque lo que yo necesito es rodearme de gente buena.
Tienes 26 años. ¿Cómo te ves con 40?
Me imagino con varios proyectos profesionales entre manos, cine, doblaje de cine, conducir algún programa de televisión cultural y poder invitar y conocer a gente interesante.
Fotos: © Miss Raisa.