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Rescatadoras en la nieve; a la conquista de un nuevo territorio

- 25/03/2021 -

Más mujeres esquiadoras al rescate

Ahora que el invierno y la nieve nos están dejando en el hemisferio norte, y damos paso a la primavera y a las actividades al aire libre, nos hemos preguntado a raíz de esta noticia del New York Times por qué no hay más mujeres en patrullas de nieve y labores de búsqueda y rescate.

En España, la presencia de mujeres en el ámbito del rescate en nieve es escasa o nula. Apenas hay registro de mujeres con esta dedicación, y no será por falta de buenas esquiadoras en España: Blanca Fernández Ochoa, María José Rienda y Conchita Puig, entre otras.

Sin embargo, en otros países esto ya está cambiando y la noticia del New York Times destaca el aumento de mujeres en las patrullas de esquí, cuando antes eran casi todas masculinas.

Exactamente, los datos de Estados Unidos indican un salto sustancial en el número de mujeres en las patrullas de esquí, ya que han pasado de un 19% en 2007 al 23% en la actualidad de los 31.027 de miembros de patrullas de todo el país. Este registro está basado en las encuestas de afiliación y registro de la Patrulla Nacional de Esquí, la organización que proporciona la mayor parte de la formación a las personas en el servicio.

A lo largo del inverno, las estaciones de esquí y de montaña contratan a personal pagado y complementan su trabajo con personas voluntarias.

¿A qué se dedican estas patrullas?

Entre las labores que hacen estas patrullas de esquí, formadas por esquiadores y practicantes de snowboard muy cualificados, está rescatar personas atrapadas, transportar personas gravemente heridas, prestar atención de primeros auxilios y atender emergencias médicas. A ello se suman tareas como el análisis del manto de nieve para prevenir aludes, la colocación de vallas y señales para marcar el trazado de las pistas o brindar información acerca de las estaciones.

En definitiva, sus actividades son muy amplias y podría decirse que su objetivo principal es el cuidado.

Entonces, nos preguntamos ¿por qué siendo el cuidado la base del trabajo de las patrullas es un campo vedado a las mujeres? ¿Cuáles son los prejuicios para no incorporarlas en los equipos?

Fundamentalmente se deben al sexismo y a la creencia extendida de que la mujer tiene menos fuerza o menos habilidad.

Sin embargo, en Estados Unidos, un país pionero en fomentar este tipo de equipos mixtos, las mujeres se apoyan entre sí y defienden su trabajo. Relatan que en algunos rescates, a pesar de llevar el pelo en una trenza, se siguen dirigiendo a ellas como “señor” o hablándoles en masculino, y que esquiadores heridos al ver a una mujer al rescate recelaban de su capacidad. Sin embargo, también han escuchado a numerosos padres decirles que sus hijas estaban fascinadas de verlas esquiar y que, además de practicar snowboard y hacerlo tan bien como ellas, iban a querer formar parte de estas brigadas cuando fueran mayores.

Las mujeres defienden que aportan un enfoque y una perspectiva diferente al trabajo, a la hora de informar, de vigilar en las pistas, y de ayudar a las personas que están en una situación de riesgo. También fomentan una mayor comunicación y trabajo en equipo con enfoques creativos de las tareas físicas.

Y, como bien dice McCord, de 64 años y una de las patrulleras profesionales más veteranas del sector en el país “cuando hay mujeres en un equipo como estos, se aporta una voz y una perspectiva importantes al trabajo” y no duda que por eso la tendencia de incorporar mujeres continua al alza. “Es importante que las mujeres se vean representadas en las patrullas y en las funciones de liderazgo en la montaña. Tener no solo mujeres, sino diversidad de perspectivas, ha elevado a todo este equipo”, asegura.

McCord, que empezó en 1981 en la Patrulla de Beaver Creek, en Colorado, ha visto como de dos mujeres en sus inicios han pasado a ser un tercio en un equipo de más de 60 patrulleros y ha inspirado a muchas mujeres a incorporarse a ellos.

Todas resaltan que el apoyo entre mujeres es fundamental y el ejemplo cunde entre ellas. Ver a otras hacerlo les infunde valor; la técnica y la capacidad ya la tienen.

En nuestro país, el rescate en la nieve está transferido a las autonomías y en la mayor parte de ellas lo realizan patrullas especializadas de la Guardia Civil (Grupos de Rescate Especial de Intervención en Montaña (GREIM) y en algunos casos, como en Madrid, por el Grupo Especial de Rescate en Altura (GERA) de los bomberos. La UME del Ejército también presta sus servicios cuando es necesario y en algunas regiones como Asturias, hay formaciones de voluntarios. No hay cifras oficiales sobre el número de mujeres encargadas de estas labores, pero no se las ve en acción, lo cual tampoco es extraño teniendo en cuenta que en todos estos grupos profesionales son todavía minoría. Queda mucha montaña por conquistar para las mujeres rescatadoras.

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