Imagen de “Quiero dejar constancia de que la belleza existe, que la humanidad es bella”

“Quiero dejar constancia de que la belleza existe, que la humanidad es bella”

- 26/10/2023 -

Blanca de Nicolás, pintora y artista asturiana

Vendió su primer cuadro a los 14 años, cuando se dio a conocer clavando sus pinturas con chinchetas en la Plaza del Paraguas de Oviedo. A partir de los 16, Blanca de Nicolás se especializó en retrato y, sobre todo, en desnudo masculino, lo que le ha supuesto tener que luchar cada día contra los prejuicios y la censura. Confiesa que, para mucha gente, una pintora sigue siendo “una mujer que pinta”, pero eso no la ha detenido para seguir haciéndolo. A sus 60 y más, Blanca sigue imparable poniendo en marcha proyectos de lo más diverso. Los últimos, una lectura litúrgica sobre el origen del dibujo y una exposición sobre grafito en un pozo minero.

¿Cuándo empiezas a pintar?

Empecé a pintar cuando era muy niña, y a los 14 años iba con mis pinturas a la Plaza del Paraguas de Oviedo, donde había un mercadito los domingos y se reunían insignes artistas. Yo clavaba mis pinturas con chinchetas. Vendí la primera obra con 14 años. Y a los 16 empecé a hacer retratos en serio y desde entonces ya no paré.

Me decías que no tienes antecedentes artísticos en la familia, ¿tienes idea de dónde te viene la vocación artística?

No, estudié historia y geografía y luego estudié diseño gráfico y publicidad, aparte de idiomas, porque quería viajar. No tengo preparación artística específica, soy autodidacta. Quería ser artista, y lo que tenía al alcance, más fácil, era pintar. Cuando entré al colegio, en el aula había un caballete y parece ser que dije “el caballete es mío, yo voy a hacer arte”.

También me viene de mi familia donde la cultura es algo fundamental. Yo siempre he ido al teatro, a la ópera desde muy pequeña. A mi padre le encantaba bailar y cantar, cantar Zarzuela, y mi madre leía mucho. Dicen que para que aparezca un artista hacen falta 10 generaciones de refinamiento.

He leído que te hubiera gustado ser directora artística de ópera…

Sí, por eso a veces lo que hago tiene que ver con una puesta en escena general y mis cuadros, si se miran un poco, son bastante teatrales. De hecho, me gusta que las personas posen tal cual, no me gusta inventar. Me documento para pintar.

¿Cómo definirías tu arte?

Desde el punto de vista técnico, soy clásica. Utilizó las fórmulas clásicas de pintar y de dibujar, y es absolutamente contemporáneo porque lo hago yo que estoy viva.

Me centro en general en esos seres vivos del siglo XXI, con sus características, con sus posturas, con sus ropas, sin sus ropas. Sencillamente, es un eterno canto a la belleza. Pocas veces hago paisajes, a no ser que me lo pidan. Retratos, muchísimos, porque creo que un ser humano es un ser maravilloso en mitad del cosmos.

«Los retratos se hacen por amor y se encargan por amor».

¿Qué transmite el retrato?

Los retratos se hacen por amor y se encargan por amor. Cuando viene una persona a mi estudio, a lo mejor con su amado, con su gato, con su hijo, con su hija, quiere un retrato y lo quiere para la eternidad. Entonces, yo no quiero hacer una técnica nueva, ni decir si no te pareces ahora, ya te parecerás; lo que hago es poner todas mis capacidades al servicio de que eso quede para la eternidad, por eso utilizo muy buenos materiales para que no se estropeen.

¿Por qué decides hacer desnudo masculino?

Desde que empecé a pintar a los 14 años, pinté niños, no desnudos, pero empecé a hacerlos porque busco la belleza y para mí la belleza se contiene en un cuerpo masculino, porque soy vulgarmente hetero. Me gustan más los chicos y entonces hago chicos.

Mi arte se basa en hacer lo que me gusta, por ello, hago retratos y respondo con mi propio estilo a lo que quiere el cliente y trabajamos en colaboración. Yo lo hago todo con modelos, sean los propios clientes que vienen a posar o modelos míos, que generalmente son los amigos, que muy generosamente posan. Yo nunca he pagado a un modelo.

Lo demás es mi libre albedrío en busca de la belleza para dejar constancia de que la belleza existe, que la humanidad es bella.

¿Has sido cuestionada por el hecho de pintar desnudos masculinos?

Síii. ¡Madre mía! Tendría para escribir un libro de anécdotas.

«Ahora me encuentro más censura que antes».

¿Por la censura?

Nunca he encontrado tantas dificultades para hacer una exposición de desnudo masculino como ahora, nunca. Ahora me encuentro más censura que antes.

Antes nunca me habían preguntado lo que iba a exponer, yo avisaba y decía ojo que yo hago desnudo masculino y decían “bueno vale”. Ahora cuando digo que son dibujos principalmente de desnudo masculino, ni contestan, como si les hubiera propuesto una aberración. Es terrible. He vivido en muchos sitios fuera de España, y nunca he tenido ese problema, pero aquí ahora se espantan.

¿Y has sufrido algún tipo de acoso, dentro de ese contexto en el que estabas gestionando con un cliente o una pintura?

Por parte de los clientes, no; por parte de algún hombre que se pensaba que podía ser mi modelo, sí; por parte de galeristas, críticos de arte, comisarios, etcétera, sí.

¿Te ha resultado más difícil por ser mujer vender este tipo de obra de arte?

No, no me ha resultado más difícil vender este tipo de arte, que otro tipo de arte; al revés, las personas que se vienen a encargar un retrato, sea del cuerpo entero, sea del perrito, o un retrato, lo encargan por amor, por perdurar. Tengo que decir que hay un mundo que le gusta mucho comprar desnudo masculino.

A pesar de tu larga trayectoria como pintora, en tu entorno, ¿te siguen preguntando a qué te dedicas, se sigue viendo a la mujer artista como alguien que tiene una afición?

Sí, se sigue viendo como si fuera algo de joven. Me siguen preguntando que a qué me dedico, y a veces “¿todavía pintas?”. Esa es la frase: ¿todavía pintas? Después de casi 50 años… ¡todavía pinto!

¿Y has querido tirar la toalla alguna vez?

Nunca, nunca he querido tirar la toalla.

«El mundo del arte es quizá la cosa más complicada del mundo».

¿Sigue siendo el mundo del arte un entorno muy masculino?

Para mí, el mundo del arte es quizá la cosa más complicada del mundo. Pese a que puede haber otra impresión, el mundo del arte sigue siendo un ámbito masculino. Hay muchísimas mujeres que pintan y aficionadas, profesionales poquísimas. Y el mundo de las ferias, aunque luego se vean muchas mujeres, quiénes realizan las ferias, quiénes son los comisarios, etcétera, etcétera, sigue siendo un mundo masculino.

¿Quiénes han sido tus referentes artísticos?

La primera persona fue el pintor Carlos Sierra, fallecido recientemente, fue el más universal de los pintores de aquí. Era amigo de mi hermano, un ser genial, con una obra fantástica. Como era amigo de mi hermano, llegaba por casa, nunca me dijo “pinta así”, pero aprendí de él que había un oficio, qué era ser artista. Toda la vida me acompañó, me recomendaba y acompañaba a galerías y entraba del brazo conmigo. Me fue abriendo las puertas aquí en Oviedo, luego después ya me las abrí yo, a empujones.

Otro pintor que me ha influido es Alfonso Iglesias, un acuarelista increíble, también asturiano, que inventó varios personajes de cómic. Y luego, claro, los grandes referentes como Velázquez, Durero, Rubens…

Y mujeres ¿has tenido alguna influencia de alguna pintora o artista mujer?

No, nunca. Las conocí después de mayor, a la prima de Caravaggio, por ejemplo.

Tienes obra en diferentes museos, en Venecia, en Sitges…

Sí, tengo obra en distintas galerías por el mundo, sobre todo en colecciones privadas, pero si te soy sincera, no me acuerdo muy bien de dónde, la verdad.

¿Qué le recomendarías a una chica joven que empezase ahora su trayectoria artística?

Si quiere dedicarse al mundo del arte, que lo siga, que lo siga con pasos de hormiguita, que no haga caso absolutamente a nada más que a su vocación y a su santa voluntad.

Recientemente, has creado una exposición de carboncillo ‘Grafito de mina’, que se ha expuesto en un pozo minero, y lo último es una lectura litúrgica, ¿en qué consistía?

Sí, celebramos una liturgia de arte recientemente en Oviedo en la que combinábamos varias acciones. Es un alegato sobre el origen del dibujo. Un dibujo que es La Doncella Corintia, mientras dibujaba la doncella a su amado guerrero. Escogí una música griega ática frigia, el Epitafio de Seikilos, que es la composición musical completa más antigua que se conserva en el mundo actualmente. Se leyó el epitafio en castellano y en griego. Luego yo conté de dónde venía ese mito, quien lo había escrito, y luego un alegato al dibujo, a la pintura, a la belleza, etc. Fue muy emocionante. La gente colaboró con el silencio más absoluto que puedas imaginar. Nos llevó cuatro meses prepararlo.

¿Tienes algún sueño que quieras cumplir o algo que te gustaría hacer que todavía no hayas hecho?

Sí, lo tengo todo pensado. Hace poco les decía a mis amigos que no tengo vida bastante para todos mis proyectos. Uno de ellos es hacer una exposición de desnudo masculino, sin que nadie me ponga ninguna cortapisa, sin censura.

© Fotos cedidas por Blanca de Nicolás.

Noticias relacionadas

Leave A Comment